Acerca de
Nací y me crié en Buenos Aires, Argentina, pero hace tanto que vivo en el Noroeste que ya lo siento como mi hogar. He dedicado mi vida a trabajar con niños, adultos y familias en diferentes roles. Después de mudarme a la zona de Seattle hice la maestría en Trabajo Social en la Universidad de Washington. En Estados Unidos, los trabajadores sociales podemos especializarnos en salud mental y – aunque no somos psicólogos – brindamos servicios de psicoterapia.
Tanto en mi vida personal como profesional me siento profundamente comprometida con la lucha por la justicia y la equidad y trato de actuar en consecuencia. No pierdo la esperanza en que un mundo mejor y más justo es posible. La fortaleza, la profundidad y la belleza del espíritu humano no dejan nunca de maravillarme. Es para mí un honor acompañar a mis clientes en su proceso de recuperación y crecimiento.
Elegí el nombre “Manos abiertas” para mi pequeña clínica porque creo que describe bien lo que deseo para mis clientes. Muchas veces transitamos nuestras vidas con los puños apretados, enojados, temerosos, dubitativos. La decisión de hacer terapia es una manera de tender una mano hacia otro, una oportunidad para recibir, pero también para dar. El espacio terapéutico es un lugar para descubrir y descubrirnos, pensar y repensarnos, para después salir al mundo con menos temores y menos dudas, con las manos abiertas.